Industria Alimentaria sobrevive a un 2022 complicado por las grandes crisis que impactaron a la producción y al consumidor

Como un año duro, que mezcló varias crisis al mismo tiempo que golpearon a la industria y a los consumidores, calificaron los empresarios de alimentos y bebidas el año 2022, caracterizado por la combinación factores positivos y negativos, que aún generan incertidumbre y no permiten una mirada contundentemente optimista para el 2023.

Juan Ignacio Pérez, presidente de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (CACIA) expuso el análisis de los resultados económicos del año 2022, las expectativas de los empresarios sobre lo que depara el próximo año 2023, y el ambiente país para la realización de inversiones.

Por ejemplo, en el mercado local, la Industria Alimentaria logró consolidarse como uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional. Con una participación cercana al 5% del Producto Interno Bruto y con más de 102.000 puestos de empleo directo, este sector tuvo un tímido crecimiento, leve, por encima del 2%, señalado por su indicador medio de actividad económica con corte a octubre. Entre las principales preocupaciones que marcaron este resultado, destacan la conjunción de varias crisis que convergieron en el  2022.

Un factor que permitió salir a flote durante este 2022 fue el sector externo. Según estimaciones de CACIA, el crecimiento de las exportaciones podría superar el 20% este año, lo cual permitiría cifras récord superiores a los $2.400 millones de dólares en ventas al exterior. Este comportamiento fue el que permitió mantener a flote la economía de la Industria Alimentaria, que, igualmente, durante las últimas semanas ve impactada su competitividad por la alta variabilidad del tipo de cambio.


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